miércoles, 19 de junio de 2013

Colaboración efectiva: Redes sociales y capital social



Los diferentes tipos de capital se han difundido crecientemente en la literatura de las ciencias sociales. Al concepto de capital físico de la economía se agregó luego el concepto de capital humano, y  recientemente el de capital social. No obstante constituir una novedad su gran difusión actual, el capital social tiene una larga historia intelectual en las ciencias sociales. El primer, si bien aislado uso del término en el sentido contemporáneo fue el de Lydia J. Hanifan (1920) que utilizó el concepto para explicar el rol de la participación comunitaria en determinar el resultado de la educación local: capital social se refiere a los aspectos intangibles relevantes en la vida cotidiana de las personas: buena voluntad, compañía, simpatía, y relaciones sociales entre los individuos y la familia que permiten la unidad social (Hanifan 1920, p. 78).



Desaparecido como concepto por medio siglo, el capital social fue reinventado por Jane Jacobs (1961) en el inicio de los años sesenta, donde “los networks constituyen capital social insustituible de una ciudad. Cuando el capital social se ha perdido, por cualquier causa, el rédito que produce desaparece, hasta que nuevo capital social es lentamente acumulado” (Jacobs 1961, 138). Sucesivamente, ha sido elaborado por Glenn Loury (1977)  en los años setenta y después por James Coleman (1988) en los años ochenta. Un enfoque complementario fue desarrollado por Pierre Bourdieu [Bourdieu-Passeron 1970] en los años setenta pero se afirmó sólo a fines de los años ochenta. Sin embargo, el mayor interés sobre el argumento se tuvo con el trabajo de Robert Putnam (1993) sobre el rendimiento de la institución Región en Italia, y sobre su provocativa tesis de que los americanos en el siglo veinte fueron “bowling alone” (Putnam 1995).  También en la ciencia económica, es hoy generalizada la idea de que el capital social sea el anillo faltante en el proceso de generación del desarrollo económico.

Capital físico, capital natural y capital humano determinan sólo en parte el proceso de crecimiento económico por cuanto descuidan el modo en el cual los actores económicos interactúan entre sí. Al igual que el capital físico y el capital humano, entonces, el capital social, representa tanto un input del desarrollo económico como un factor explicativo del mismo. Así como el capital físico está constituido por el conjunto de los instrumentos materiales que hacen posible la producción, y el capital humano está constituido por algunas características personales que se manifiestan en habilidades y capacidades utilizables en el proceso productivo, el capital social está formado por relaciones que facilitan la actividad productiva.

Mientras el capital físico es tangible, por cuanto es incorporado en formas materiales observables,  y el capital humano es menos tangible, siendo incorporado en los conocimientos y competencias adquiridas en la vida de un individuo en los diferentes procesos de formación, el capital social es todavía menos tangible, y es incorporado en las relaciones entre actores (Bourdieu 1986, Coleman 1988). El capital social es reconstruido como un fenómeno interdisciplinario y multidimensional de
finido: primero por la confianza en las personas, por las normas que regulan la convivencia, y por las redes de asociacionismo y de compromiso cívico (Putnam [1993], Fukuyama [1995], Inglehart [1997], Narayan e Pritchart [1997], Stolle [1998]); segundo por las relaciones sociales (Bourdieu [1986], Coleman [1988], Burt [1992], Loury [1992], Collier [1998]); tercero por las estructuras institucionales formales:
régimen  político, sistema di gobierno, reglas legales, sistema judicial, burocracia, libertades civiles y libertades políticas (North [1990], Olson [1965,1982], Knack e Keefer [1997], Alesina et al. [1996]).

El punto de vista que considera el capital social como confianza generalizada se encuentra principalmente en los trabajos de Putnam (1993) y de Fukuyama (1996, 2000). Putnam entiende por capital social: la confianza, las normas que regulan la convivencia, las redes de asociacionismo cívico, elementos que mejoran la eficiencia de la organización social promoviendo iniciativas de común acuerdo (Putnam 1993, p. 196). En el pensamiento del sociólogo americano el capital social posee tres dimensiones:  la confianza,  las normas cívicas, y  el asociacionismo.

Los bienes que forman el capital social (como la confianza, y las redes asociativas) tienden a autoreforzarse y a tener efecto acumulativo. Los círculos virtuosos tienen como resultado equilibrios sociales con altos niveles de cooperación, confianza, reciprocidad, compromiso cívico y bienestar colectivo. Son estos los componentes de la civilidad y por lo tanto de la comunidad cívica (1993, 208-209). Las relaciones verticales, al contrario, comprometen personas vinculadas entre sí por relaciones asimétricas, jerárquicas y de dependencia y no poseen las virtudes de aquellas horizontales, o sea no tienen capacidad de estimular la confianza y de apoyar la cooperación (1993, 204). Por otra parte Fukuyama luego de haber definido la confianza como: la expectativa, que nace en el interior de una comunidad, de un comportamiento previsible, correcto y cooperativo, basado sobre normas comúnmente compartidas, por parte de sus miembros,  concibe el capital social como un recurso que nace por el prevalecer de la confianza en la sociedad o en una parte de ella (1995).

El capital social entendido como relaciones sociales está asociado a los trabajos de Bourdieu (1986), Coleman (1988). El sociólogo francés Bourdieu concibe el capital social como la suma de los recursos actuales o potenciales vinculados a la posesión de una red durable de relaciones de recíproco conocimiento y reconocimiento más o menos institucionalizadas. El volumen de capital social poseído por un agente dado depende de la dimensión de la red de relaciones que el agente puede efectivamente movilizar y por el volumen de capital (económico, cultural o simbólico) poseído por cualquier otro agente con los cuales se ha relacionado (Bourdieu 1986, 249). Coleman afirma que el capital social es definido por su función. Este no es una simple entidad, sino una variedad de diferentes entidades, con dos elementos en común: todas poseen algunos aspectos de la estructura social, y facilitan ciertas acciones de los agentes – tanto personas como empresas – en el interior de la estructura (Coleman 1988, S98) Para el autor, al igual que las otras formas de capital, el capital social es productivo, haciendo posible la adquisición de ciertos fines que en su ausencia no serían posibles. Como el capital físico y el capital humano, el capital social no es completamente fungible, pero puede ser específico para ciertas actividades. Una forma dada de capital social que es preciosa en el facilitar ciertas acciones, puede ser no útil o hasta dañina para otros. Al contrario de otras formas de capital, el capital social reside en la estructura de las relaciones entre los actores. Este no encuentra sitio ni entre los actores mismos, ni en la actuación física de la producción (1988).

 El concepto de capital social, entonces, concierne a la estructura de las relaciones sociales entre dos o más personas, mientras la función identificada por el concepto de capital social es el valor de aquellos aspectos de la estructura social que para los actores representan recursos utilizables para alcanzar sus intereses. Tres son en particular las formas consideradas por el autor: 1) obligaciones y expectativas; 2) canales informativos; 3) normas y sanciones sociales. La primera forma de capital social parte de la cuestión que en algunas estructuras sociales las personas hacen siempre algo por los demás. Si A hace algo por B y tiene confianza de que B devolverá en el futuro, se instaura una expectativa en A y una obligación en B. Esta forma de capital social depende de dos elementos: de la confianza en el ambiente social, por cuanto se espera que las obligaciones sean devueltas, y por la entidad de las obligaciones mismas. La segunda forma de capital social es el potencial de información inherente a las relaciones sociales. El capital de relación, en efecto, convierte en disponible la adquisición de informaciones que de otro modo no estarían disponibles o lo estarían a costos muy elevados. Por último, una potente forma de capital social está constituida por las normas que (cuando existen y son efectivas y son apoyadas por sanciones) facilitan ciertas acciones.

            Hoy en día, el capital social se forma ahora a través de redes sociales y las redes sociales ahora están sido mediadas por computadores, medios electrónicos e internet. Una red social, de la cual se desprende una comunidad virtual, no es otra cosa más que un grupo de personas que comprende los siguientes elementos:
  • Desean interactuar para satisfacer sus necesidades o llevar a cabo roles específicos.
  • Comparten un propósito determinado que constituye la razón de ser de la comunidad.
Interactúa mediante herramientas tecnológicas que facilitan la cohesión entre los miembros, sin importar su ubicación física.
            Una comunidad virtual queda definida por los siguientes aspectos:
  • La comunidad como un lugar de carácter social o económico: en el que los individuos pueden mantener relaciones.
  • La comunidad como símbolo: porque posee una dimensión simbólica, los individuos tienden a sentirse (simbólicamente) unidos a la comunidad virtual, creándose una sensación de pertenencia.
  • La comunidad virtual como tal posee rasgos comunes a las comunidades físicas, sin embargo el rasgo diferenciador es que ésta se desarrolla, al menos parcialmente, en un lugar virtual, o en un lugar construido a partir de conexiones telemáticas.

Las Redes Sociales están cobrando gran importancia en la sociedad actual, reflejando la necesidad del ser humano de expresión y reconocimiento, bien lo dijo Aristóteles “El Hombre es un ser sociable por naturaleza”, pues para satisfac
er sus exigencias físicas y espirituales necesita vivir en sociedad, ya que al ser una criatura racional e individual, no es autosuficiente y requiere la ayuda y protección de los demás de su especie, por ello forma comunidades”. Pero ¿Qué es una Red Social? Podríamos definirla como una forma de interacción social, en donde se produce un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones que comparten gustos o preferencias entre sí, logrando un sentido de pertenencia y desarrollando un tejido que actúa por el bienestar de toda la comunidad.

Entre las funciones principales de los miembros de una comunidad virtual se pueden encontrar las siguientes:
  • Comunicación
  • Solidaridad
  • Socialización
  • Debate

Los aspectos fundamentales de las redes sociales y las comunidades virtuales en internet se centran en dos ideas:

La comunicación y un deseo de relación entre los miembros con intereses comunes.

En las diversas redes sociales siempre se trata de fortalecer el sentimiento de comunidad, analizar necesidades para encontrar similitudes, fomentar la autogestión, minimizar el control, especializar roles, y estructurar tecnología.

Los principales beneficios que aportan las redes sociales en los negocios actuales son los siguientes: exposición de marca, marketing de relaciones, reducción de costos, provisión de ingresos, desarrollo de nuevos productos, creación de barreras de entrada y adquisición de nuevos clientes.
Algunos años atrás, específicamente en el 2000 y 2001 surgieron los primeros sitios dedicados a formar grupos de amigos que llegaron a ser bastante populares: My Space, Friendster, Tribe, el primero surgido en Estados Unidos, que tenía como interés común entre los usuarios la música, convirtiéndose en una gran herramienta para que músicos independientes dieran a conocer sus propuestas. Más tarde llegó el famoso Facebook que actualmente está en pleno auge siendo la red social número uno y que nació como parte de un proyecto para mantener contacto entre universitarios.
Pero no debemos dejar de lado Twitter que en muy poco tiempo se ha transformando en un factor clave para hacer negocio y ganar mayor credibilidad con los consumidores. Esta red ha crecido mucho en los últimos años, llegando a 100 millones de usuarios en el mundo. Hoy en día formar parte de una Red Social ya no es cuestión de gusto pues ha empezado a ser parte de la necesidad de estar actualizados y presentes socialmente.

No  cabe duda que esto es cierto: "Un grupo de empleados se reúne en torno a la máquina de café. Bromean, comentan, charlan, discuten. El juego ha comenzado y quien mejor maneje las fichas, con aprendizaje e inteligencia, tendrá el éxito mucho más a mano. Parece una broma, pero no lo es. Las Redes sociales que tejemos en nuestro entorno empresarial, interna y externamente, son miles de veces más útiles que nuestro currículum". Alejandro Asúnsolo, Responsable de Microsoft SB Portal

La cibercultura emerge como consecuencia del asiduo uso de las computadoras y dispositivos digitales para las comunicaciones, el entretenimiento y los negocios. Para analistas del concepto como Fernando Quiñones “…no está claro si la cibercultura es una evolución de la cultura. Si la primera contiene a la segunda o viceversa, o es una nueva forma de categorizar la suma de conceptos, modos de pensar, actitudes y patrones de comportamientos de los individuos en su entorno social mediado por las tecnologías de comunicación. Lo que sí está claro es que las mismas tecnologías han generado una gran revolución en la manera de acceder, apropiarse y transmitir la información, generando nuevos desarrollos sociales, políticos y económicos, que es lo que el común de la gente interpreta como cibercultura…”

La cibercultura es producto de la interacción del hombre con la cibernética. Las actividades cotidianas vuelven a reconfigurarse con la introducción de las tecnologías inherentes a internet. La computadora y los nuevos dispositivos digitales modifican la vida de las personas, nuevas costumbres aparecen, y como sucede con cualquier tecnología, una vez que se introduce a nuestras vías resulta casi imposible concebir nuestras acciones sin la mediación de éstas. Tal como señalaba Marshall McLuhan “Nosotros creamos nuestras herramientas y luego éstas nos recrean”.
Con esto surge otro tema interesante llamado sociedad de la información, como señala Raúl Trejo Delarbre(1996) “la sociedad de la información, es un concepto que refiere a un nuevo entorno humano, en donde los conocimientos, su creación y propagación son el elemento definitorio de las relaciones entre los individuos y entre las naciones”.

REFERENCIAS
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