viernes, 12 de julio de 2019

La alineación perfecta

El mundo de las organizaciones tiene un sin fin de posibilidades: posibilidades de crecimiento, posibilidades de desarrollo de talentos, posibilidades de aprendizaje, etc; a lo largo de mi experiencia la mayor de ellas es la posibilidad de generar comunidad: la alineación perfecta para el logro de objetivos, ya que permite lazos de comunicación entre sus miembros; confianza que genera compromiso, estabilidad emocional y sobre todo certidumbre tan necesaria y eficaz en las organizaciones.

No hay nada que busque más el ser humano que la libertad, el amor y la seguridad si podemos dar esto en dosis adecuada a nuestros colaboradores podemos establecer pensamientos alineados al logro de objetivos y metas en donde exista verdadera colaboración.

La alineación perfecta es el estar juntos: mirarnos a los ojos y descubrir en el otro sus defectos, sus talentos, sus aciertos, sus errores, sus experiencias; lugares y espacios de convivencia en donde el estar con el otro se convierta en un tesoro en un momento mágico de creatividad, de resolución de problemas, de análisis profundo, de felicidad. La alineación perfecta en una empresa que desea transmitir la planeación estratégica será sin lugar a dudas el encuentro con mi par.


jueves, 10 de noviembre de 2016

La Comunicación como pegamento de macro y micromundos

POR: Mara López Rodríguez


 Cuando se habla de organizaciones es necesario pensar en sistemas, es decir, macro y micro mundos inmersos en uno solo que convergen e interactúan, que están vivos, que tienen movimiento, que sienten y que escuchan, y que están formados por personas, actores con interés y necesidades particulares que colaboran en un espacio social complejo, conflictivo, capaz de producir o no producir.
Es bien sabido que la comunicación organizacional se refiere al flujo de información y manejo de mensajes dentro de la organización que sirven para cumplir de manera más eficiente las metas empresariales con la responsabilidad de cumplir con objetivos individuales, grupales y personales. 
La comunicación organizacional es un proceso colectivo que realiza la actividad de analizar a los diferentes figuras de la organización en toda su compleja existencia para generar canales, mensajes y códigos que permitan alinear, por un lado la estructura organizacional de la empresa (el macromundo), la planeación estratégica que dirige el rumbo de la misma con todas sus acciones operativas, administrativas, gerenciales; y por otro lado comprender el interesante panorama de los actores y sus particulares (el micromundos) en donde convergen sus familias, sus necesidades, sus roles, sus problemas más cotidianos, etc.

Cuando se consigue analizar y comprender la diversidad de los “micromundos” se pueden lograr estrategias integradoras a esos “macromundos” que a su vez tienen elementos también de análisis que debemos comprender como su historia, su filosofía organizacional, su cultura empresarial, sus desarrollo regional, el impacto político, económico, etc.

La comunicación es una amalgama que consigue interconectar esos mundos coexistentes en cualquier acción social. La comprensión de la comunicación organizacional está íntimamente ligada a la planeación de una empresa, se obtienen grandes resultados, elevando la productividad de la organización y el desarrollo de la misma a la par del desarrollo de los individuos que la conforman haciendo seres humanos más productivos, capaces de retroalimentarse, escucharse, crecer juntos y resolver problemas y dificultades de ambos mundos con un efecto replicador de grandes alcances. ¿Imagine lo que pueden hacer las empresas si colocan a la comunicación a un nivel directivo y transformador?:
1.       Alineación de la Planeación Estratégica de la organización para mayor productividad de la misma. (Mayores ganancias)
2.       Conformación de equipos multidisciplinarios en la empresa (Mayores ganancias, reducción de rotación de personal, sistemas de equipos de trabajo que ahorran dinero a la empresa, etc.)
3.       Crecimiento holístico e integral (Mayores ganancias, expansión, posibilidades de creación de nuevos productos o servicios, etc.)
4.       Aumento de la calidad (Mayores ganancias, compromiso, calidad en el producto, servicios, etc.
5.       Responsabilidad corporativa (Mayores ganancias, proyección, etc.)

La comunicación organizacional ha ido ganando cada vez mayor importancia en las organizaciones y los beneficios obtenidos son increíbles para quienes reconocen y entienden que la comunicación no es solo transmisora de información, llega a un nivel más complejo que requiere entender lo colectivo, lo cultural, para propiciar entornos más productivos y sinérgicos, pegamento de macro y micromundos: un proceso colectivo y estratégico en las empresas.



REFERENCIAS:



Martínez de Velazco, Alberto y Nosnik, Abraham, Comunicación Organizacional Práctica, Trillas, 2008, Manual Gerencial.

Rodríguez,  Darío, Comunicación de la organización, Alfa omega, 2008.

Costa, Joan, El Dircom hoy. Dirección y gestión de la comunicación en la nueva economía., Costa Punto Com, 2010.

Rey Lennon, Federico y Bartoli Piñero, Javier, Reflexiones sobre el management de la comunicación, La crujía ediciones, 2008.



miércoles, 10 de julio de 2013

ORGANIZACIONES QUE APRENDEN A TRAVÉS DE LAS REDES DE LA CONVIVENCIA

El aprendizaje no es sólo la adquisición de nueva información y habilidades sino que es, fundamentalmente una actividad social que se expresa a través de diversas instancias colaborativas que permiten recoger e integrar experiencias, conocimientos, destrezas y valores en torno a una comunidad en la que unos aprenden de otros.


Según Etienne Wegner y su teoría Social del Aprendizaje, menciona que el aprendizaje no es necesariamente un fenómeno que tenga lugar solo “dentro de la mente” de las personas como las teorías del aprendizaje tradicionales de la educación proponen, en donde dice que el aprendizaje es u



n proceso primordialmente individual, hoy en día sabemos que quizás eso no es así, las nuevas formas de aprendizaje nos hablan del “aprendizaje colectivo”, en donde se relacionan “varias mentes”: un contexto, relaciones interpersonales, intereses comunes y un grado de interacción que conlleva a un ambiente idóneo para mejorar las formas de aprender.

El hombre como ser social tiende a relacionarse con otros y la mayoría de sus actividades dependen del desempeño colectivo, es decir, el éxito o no de lo que el hombre realiza se debe a sus comunidades de aprendizaje que crea, entendiéndose como un conjunto de personas que comparten una motivación común, una identidad dada por la pertenencia a la comunidad, y un repertorio de recursos simbólicos y materiales.

Para mejorar nuestras formas de enseñar y de aprender en las organizaciones se debe primero tener conciencia que la empresa debe permitir un espacio en donde las personas puedan relacionarse y actuar; un espacio en donde se pueda generar una zona que tenga lugar a la red conversacional, es decir, crear un espacio para conversar y formar en las empresas una atmósfera de charla!!!, en donde la actividad gregaria de la conversación nos ayude a comprender, analizar, evaluar, sintetizar, estructurar, aplicar: ¡pensar!; en donde se definan objetivos, se identifiquen oportunidades y se resuelvan problemas.      

Cuando se trabaja en un ambiente de redes sociales se estimula el sentido de la responsabilidad compartida, la confianza, la creatividad, la flexibilidad, el compromiso y el sentido de pertenencia. Cuando logramos que la empresa se convierta en un lugar “cómodo” contribuimos a acoger la diversidad valorando y reconociendo la experiencia y capacidad de cada uno.

Pero, ¿cómo estimular a que el aprendizaje se dé en las empresas?:
  1. Lograr de la empresa un lugar en donde exista la confianza: en donde se disuelva el miedo de comentar y de ser tú mismo y que genere tu pensamiento y espíritu emprendedor.  
  2. Generar Vínculos Sociales: que exista una cercanía afectiva basada en el amor al otro, en la cual nos sintamos reconocidos como personas, respetados y queridos.
  3. Piensa de forma colectiva: para que la información se convierta en conocimiento debes compartirla y ponerla en común para que pueda reproducirse y ampliarse.

Hoy por hoy, las empresas requieren gente que ¡PIENSE, COMPARTA Y APORTE!






















miércoles, 26 de junio de 2013

Comunicación organizacional en tiempos de crisis



Te has encontrado en la situación de comunicar un ¿despido masivo?, o ¿un comunicado de aumento de cuotas o cambio de precios a tus clientes?; en un momento de crisis en donde el jefe solo realiza una junta informativa y te comenta que debes comunicar eso, ¡así de sencillo!, sin una estrategia, sin un apoyo, solo comunica eso, ¡es fácil!. Sin pensar en los daños colaterales que una información mal estructurada en un momento de crisis pueda causar tanto al interior como al exterior de la empresa.
Y creo que el principal error ante la situación es el desconocimiento total de los conceptos y procedimientos de la Comunicación Organizacional, he aquí un panorama general: La palabra Comunicación proviene del latín communis que significa común. Tanto el latín como los idiomas romances han conservado el especial significado de un término griego [el de Koinoonia] que significa a la vez comunicación y comunidad. También en castellano el radical común es compartido por los términos comunicación y comunidad. Ello indica a nivel etimológico la estrecha relación entre "comunicarse" y "estar en comunidado".     En pocas palabras, se "está en comunidad" porque "se pone algo en común" a través de la "comunicación".
     (1982) John Fiske define a la comunicación como una "interacción social por medio de mensajes". Por su parte, Antonio Pasquali (1978) afirma que "la comunicación aparece en el instante mismo en que la estructura social comienza a configurarse, justo como su esencial ingrediente estructural, y que donde no hay comunicación no puede formarse ninguna estructura social". Para Pasquali el término comunicación debe reservarse a la interrelación humana, al intercambio de mensajes entre hombres, sean cuales fueren los aparatos intermediarios utilizados para facilitar la interrelación a distancia. Luego de un gran esfuerzo de abstracción definitoria concluye considerando a la comunicación como:

miércoles, 19 de junio de 2013

Colaboración efectiva: Redes sociales y capital social



Los diferentes tipos de capital se han difundido crecientemente en la literatura de las ciencias sociales. Al concepto de capital físico de la economía se agregó luego el concepto de capital humano, y  recientemente el de capital social. No obstante constituir una novedad su gran difusión actual, el capital social tiene una larga historia intelectual en las ciencias sociales. El primer, si bien aislado uso del término en el sentido contemporáneo fue el de Lydia J. Hanifan (1920) que utilizó el concepto para explicar el rol de la participación comunitaria en determinar el resultado de la educación local: capital social se refiere a los aspectos intangibles relevantes en la vida cotidiana de las personas: buena voluntad, compañía, simpatía, y relaciones sociales entre los individuos y la familia que permiten la unidad social (Hanifan 1920, p. 78).



Desaparecido como concepto por medio siglo, el capital social fue reinventado por Jane Jacobs (1961) en el inicio de los años sesenta, donde “los networks constituyen capital social insustituible de una ciudad. Cuando el capital social se ha perdido, por cualquier causa, el rédito que produce desaparece, hasta que nuevo capital social es lentamente acumulado” (Jacobs 1961, 138). Sucesivamente, ha sido elaborado por Glenn Loury (1977)  en los años setenta y después por James Coleman (1988) en los años ochenta. Un enfoque complementario fue desarrollado por Pierre Bourdieu [Bourdieu-Passeron 1970] en los años setenta pero se afirmó sólo a fines de los años ochenta. Sin embargo, el mayor interés sobre el argumento se tuvo con el trabajo de Robert Putnam (1993) sobre el rendimiento de la institución Región en Italia, y sobre su provocativa tesis de que los americanos en el siglo veinte fueron “bowling alone” (Putnam 1995).  También en la ciencia económica, es hoy generalizada la idea de que el capital social sea el anillo faltante en el proceso de generación del desarrollo económico.

Capital físico, capital natural y capital humano determinan sólo en parte el proceso de crecimiento económico por cuanto descuidan el modo en el cual los actores económicos interactúan entre sí. Al igual que el capital físico y el capital humano, entonces, el capital social, representa tanto un input del desarrollo económico como un factor explicativo del mismo. Así como el capital físico está constituido por el conjunto de los instrumentos materiales que hacen posible la producción, y el capital humano está constituido por algunas características personales que se manifiestan en habilidades y capacidades utilizables en el proceso productivo, el capital social está formado por relaciones que facilitan la actividad productiva.

Mientras el capital físico es tangible, por cuanto es incorporado en formas materiales observables,  y el capital humano es menos tangible, siendo incorporado en los conocimientos y competencias adquiridas en la vida de un individuo en los diferentes procesos de formación, el capital social es todavía menos tangible, y es incorporado en las relaciones entre actores (Bourdieu 1986, Coleman 1988). El capital social es reconstruido como un fenómeno interdisciplinario y multidimensional de
finido: primero por la confianza en las personas, por las normas que regulan la convivencia, y por las redes de asociacionismo y de compromiso cívico (Putnam [1993], Fukuyama [1995], Inglehart [1997], Narayan e Pritchart [1997], Stolle [1998]); segundo por las relaciones sociales (Bourdieu [1986], Coleman [1988], Burt [1992], Loury [1992], Collier [1998]); tercero por las estructuras institucionales formales:
régimen  político, sistema di gobierno, reglas legales, sistema judicial, burocracia, libertades civiles y libertades políticas (North [1990], Olson [1965,1982], Knack e Keefer [1997], Alesina et al. [1996]).

El punto de vista que considera el capital social como confianza generalizada se encuentra principalmente en los trabajos de Putnam (1993) y de Fukuyama (1996, 2000). Putnam entiende por capital social: la confianza, las normas que regulan la convivencia, las redes de asociacionismo cívico, elementos que mejoran la eficiencia de la organización social promoviendo iniciativas de común acuerdo (Putnam 1993, p. 196). En el pensamiento del sociólogo americano el capital social posee tres dimensiones:  la confianza,  las normas cívicas, y  el asociacionismo.

Los bienes que forman el capital social (como la confianza, y las redes asociativas) tienden a autoreforzarse y a tener efecto acumulativo. Los círculos virtuosos tienen como resultado equilibrios sociales con altos niveles de cooperación, confianza, reciprocidad, compromiso cívico y bienestar colectivo. Son estos los componentes de la civilidad y por lo tanto de la comunidad cívica (1993, 208-209). Las relaciones verticales, al contrario, comprometen personas vinculadas entre sí por relaciones asimétricas, jerárquicas y de dependencia y no poseen las virtudes de aquellas horizontales, o sea no tienen capacidad de estimular la confianza y de apoyar la cooperación (1993, 204). Por otra parte Fukuyama luego de haber definido la confianza como: la expectativa, que nace en el interior de una comunidad, de un comportamiento previsible, correcto y cooperativo, basado sobre normas comúnmente compartidas, por parte de sus miembros,  concibe el capital social como un recurso que nace por el prevalecer de la confianza en la sociedad o en una parte de ella (1995).

El capital social entendido como relaciones sociales está asociado a los trabajos de Bourdieu (1986), Coleman (1988). El sociólogo francés Bourdieu concibe el capital social como la suma de los recursos actuales o potenciales vinculados a la posesión de una red durable de relaciones de recíproco conocimiento y reconocimiento más o menos institucionalizadas. El volumen de capital social poseído por un agente dado depende de la dimensión de la red de relaciones que el agente puede efectivamente movilizar y por el volumen de capital (económico, cultural o simbólico) poseído por cualquier otro agente con los cuales se ha relacionado (Bourdieu 1986, 249). Coleman afirma que el capital social es definido por su función. Este no es una simple entidad, sino una variedad de diferentes entidades, con dos elementos en común: todas poseen algunos aspectos de la estructura social, y facilitan ciertas acciones de los agentes – tanto personas como empresas – en el interior de la estructura (Coleman 1988, S98) Para el autor, al igual que las otras formas de capital, el capital social es productivo, haciendo posible la adquisición de ciertos fines que en su ausencia no serían posibles. Como el capital físico y el capital humano, el capital social no es completamente fungible, pero puede ser específico para ciertas actividades. Una forma dada de capital social que es preciosa en el facilitar ciertas acciones, puede ser no útil o hasta dañina para otros. Al contrario de otras formas de capital, el capital social reside en la estructura de las relaciones entre los actores. Este no encuentra sitio ni entre los actores mismos, ni en la actuación física de la producción (1988).

 El concepto de capital social, entonces, concierne a la estructura de las relaciones sociales entre dos o más personas, mientras la función identificada por el concepto de capital social es el valor de aquellos aspectos de la estructura social que para los actores representan recursos utilizables para alcanzar sus intereses. Tres son en particular las formas consideradas por el autor: 1) obligaciones y expectativas; 2) canales informativos; 3) normas y sanciones sociales. La primera forma de capital social parte de la cuestión que en algunas estructuras sociales las personas hacen siempre algo por los demás. Si A hace algo por B y tiene confianza de que B devolverá en el futuro, se instaura una expectativa en A y una obligación en B. Esta forma de capital social depende de dos elementos: de la confianza en el ambiente social, por cuanto se espera que las obligaciones sean devueltas, y por la entidad de las obligaciones mismas. La segunda forma de capital social es el potencial de información inherente a las relaciones sociales. El capital de relación, en efecto, convierte en disponible la adquisición de informaciones que de otro modo no estarían disponibles o lo estarían a costos muy elevados. Por último, una potente forma de capital social está constituida por las normas que (cuando existen y son efectivas y son apoyadas por sanciones) facilitan ciertas acciones.

            Hoy en día, el capital social se forma ahora a través de redes sociales y las redes sociales ahora están sido mediadas por computadores, medios electrónicos e internet. Una red social, de la cual se desprende una comunidad virtual, no es otra cosa más que un grupo de personas que comprende los siguientes elementos:
  • Desean interactuar para satisfacer sus necesidades o llevar a cabo roles específicos.
  • Comparten un propósito determinado que constituye la razón de ser de la comunidad.
Interactúa mediante herramientas tecnológicas que facilitan la cohesión entre los miembros, sin importar su ubicación física.
            Una comunidad virtual queda definida por los siguientes aspectos:
  • La comunidad como un lugar de carácter social o económico: en el que los individuos pueden mantener relaciones.
  • La comunidad como símbolo: porque posee una dimensión simbólica, los individuos tienden a sentirse (simbólicamente) unidos a la comunidad virtual, creándose una sensación de pertenencia.
  • La comunidad virtual como tal posee rasgos comunes a las comunidades físicas, sin embargo el rasgo diferenciador es que ésta se desarrolla, al menos parcialmente, en un lugar virtual, o en un lugar construido a partir de conexiones telemáticas.

Las Redes Sociales están cobrando gran importancia en la sociedad actual, reflejando la necesidad del ser humano de expresión y reconocimiento, bien lo dijo Aristóteles “El Hombre es un ser sociable por naturaleza”, pues para satisfac
er sus exigencias físicas y espirituales necesita vivir en sociedad, ya que al ser una criatura racional e individual, no es autosuficiente y requiere la ayuda y protección de los demás de su especie, por ello forma comunidades”. Pero ¿Qué es una Red Social? Podríamos definirla como una forma de interacción social, en donde se produce un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones que comparten gustos o preferencias entre sí, logrando un sentido de pertenencia y desarrollando un tejido que actúa por el bienestar de toda la comunidad.

Entre las funciones principales de los miembros de una comunidad virtual se pueden encontrar las siguientes:
  • Comunicación
  • Solidaridad
  • Socialización
  • Debate

Los aspectos fundamentales de las redes sociales y las comunidades virtuales en internet se centran en dos ideas:

La comunicación y un deseo de relación entre los miembros con intereses comunes.

En las diversas redes sociales siempre se trata de fortalecer el sentimiento de comunidad, analizar necesidades para encontrar similitudes, fomentar la autogestión, minimizar el control, especializar roles, y estructurar tecnología.

Los principales beneficios que aportan las redes sociales en los negocios actuales son los siguientes: exposición de marca, marketing de relaciones, reducción de costos, provisión de ingresos, desarrollo de nuevos productos, creación de barreras de entrada y adquisición de nuevos clientes.
Algunos años atrás, específicamente en el 2000 y 2001 surgieron los primeros sitios dedicados a formar grupos de amigos que llegaron a ser bastante populares: My Space, Friendster, Tribe, el primero surgido en Estados Unidos, que tenía como interés común entre los usuarios la música, convirtiéndose en una gran herramienta para que músicos independientes dieran a conocer sus propuestas. Más tarde llegó el famoso Facebook que actualmente está en pleno auge siendo la red social número uno y que nació como parte de un proyecto para mantener contacto entre universitarios.
Pero no debemos dejar de lado Twitter que en muy poco tiempo se ha transformando en un factor clave para hacer negocio y ganar mayor credibilidad con los consumidores. Esta red ha crecido mucho en los últimos años, llegando a 100 millones de usuarios en el mundo. Hoy en día formar parte de una Red Social ya no es cuestión de gusto pues ha empezado a ser parte de la necesidad de estar actualizados y presentes socialmente.

No  cabe duda que esto es cierto: "Un grupo de empleados se reúne en torno a la máquina de café. Bromean, comentan, charlan, discuten. El juego ha comenzado y quien mejor maneje las fichas, con aprendizaje e inteligencia, tendrá el éxito mucho más a mano. Parece una broma, pero no lo es. Las Redes sociales que tejemos en nuestro entorno empresarial, interna y externamente, son miles de veces más útiles que nuestro currículum". Alejandro Asúnsolo, Responsable de Microsoft SB Portal

La cibercultura emerge como consecuencia del asiduo uso de las computadoras y dispositivos digitales para las comunicaciones, el entretenimiento y los negocios. Para analistas del concepto como Fernando Quiñones “…no está claro si la cibercultura es una evolución de la cultura. Si la primera contiene a la segunda o viceversa, o es una nueva forma de categorizar la suma de conceptos, modos de pensar, actitudes y patrones de comportamientos de los individuos en su entorno social mediado por las tecnologías de comunicación. Lo que sí está claro es que las mismas tecnologías han generado una gran revolución en la manera de acceder, apropiarse y transmitir la información, generando nuevos desarrollos sociales, políticos y económicos, que es lo que el común de la gente interpreta como cibercultura…”

La cibercultura es producto de la interacción del hombre con la cibernética. Las actividades cotidianas vuelven a reconfigurarse con la introducción de las tecnologías inherentes a internet. La computadora y los nuevos dispositivos digitales modifican la vida de las personas, nuevas costumbres aparecen, y como sucede con cualquier tecnología, una vez que se introduce a nuestras vías resulta casi imposible concebir nuestras acciones sin la mediación de éstas. Tal como señalaba Marshall McLuhan “Nosotros creamos nuestras herramientas y luego éstas nos recrean”.
Con esto surge otro tema interesante llamado sociedad de la información, como señala Raúl Trejo Delarbre(1996) “la sociedad de la información, es un concepto que refiere a un nuevo entorno humano, en donde los conocimientos, su creación y propagación son el elemento definitorio de las relaciones entre los individuos y entre las naciones”.

REFERENCIAS
Alesina, A. Perotti, R. (1996), Income distribution, political instability, and investment, European Economic Review, 40, 1203-1228.
Banfield, E. (1958), The moral basis of a backword society, Glencoe: Free Press
Barbagli, M y  Maccelli, A. (1985) La partecipazione politica, Il Mulino, Bologna.
Bourdieu, P. , Passeron, J. C. (1970), Reproduction in education, society and culture, London: Sage.
Bourdieu, P. (1980), Le capital social, notes provisoires, Actes de la Recherche en Sciences Sociales, 3, 2-3.
Bustamante, Enrique, Redes sociales y comunidades virtuales en internet : interactúe con sus amigos, familiares o colegas. Comparta sus historias, fotos y videos a través de la red / Enrique Bustamante. -- México : Alfaomega, 2008.
Coleman, J. (1988), Social capital in the creation of human capitale, American Journal of Sociology, 94, S95-S120.
Dahl, R. (1971) Poliarquía, participación y oposición, Tecnos, Madrid.
Fukuyama, F. (1995), Trust: the social virtues and the creation of  prosperity, New York: Free Press. Trad. Esp (1988) Trust: la confianza, Ediciones B, Barcelona.
Hanifan, L. J. (1920), The community center, Boston: Silver, Burdette, and Co. Helliwell,
J.F. (1992), Empirical linkages between democracy and economic growth,NEBR Working Paper, 4066.
Jacobs, J. (1961), The life and death of great american cities, New York: Random House.
Joyanes Aguilar, Luis, Cibersociedad : los retos sociales ante un nuevo mundo digital / Luis Joyanes Aguilar. -- España : McGraw Hill, 1997.
Loury, G. (1977), A dinamic theory of racial income differences, in Wallace P..A. e Le Mund (editors), Women, minorities, and employment discrimination, Lexington, MA: Lexington Books.
Lucas Marín, Antonio, La nueva sociedad de la información : una perspectiva desde Silicon Valley / Antonio Lucas Marín. -- México : Editorial Trotta, 2000
Li, Charlene, Groundswell : winning in a world transformed by social technologies / Charlene Li, Josh Bernoff. -- Estados Unidos de América : Harvard Business Press, 2008.
Knack, S., Keefer, P (1997), Does social capital have an economic Economics, 112/4, 1251-1288.
North, D. C. (1990), Institutions, Institutional change and economic performance, Cambridge: Cambridge University Press
Olson, M. (1965), The logic of collective action, Cambridge: Harvard University Press
Olson, M. (1982), The rise and the fall of nations growth, stagflation and social rigidities, New Haven: Yale University Press.
Pizzorno, A (1966), Introduzione allo studio sulla participazione política, Quaderni di Sociología, N.3-4, Bologna;
Portes, A., Sensenbrenner, J. (1993), Embeddedness and immigration: notes on the social determinants of economic action, 66 American Journal of Sociology, 98/6, 1320-1350.
Porter, Joshua, Designing for the social Web / Joshua Porter. -- Estados Unidos de América : New Riders, 2008.
Putnam, R. (1993), Making democracy work, Princeton NJ: Princeton University Press
Putnam, R. (1995), Bowling alone: America’s declining social capital, Journal of Democracy, 6/1, 65-78.
Menor, José Antonio, Redes sociales for rookies / José Antonio Menor. -- España : LID, 2009.
Sartori, G. (1987) Teoría de la democracia revisada, Alianza, Madrid.



miércoles, 12 de junio de 2013

“La mirada de la organización posmoderna”

Las organizaciones posmodernas nacen en un ambiente social caótico y en crisis, con culturas en mezcla, movimientos sociales y políticos que sin lugar de dudas afectan la naturaleza y comportamiento de las organizaciones.

 



Carencia de valores y de identidad, es lo que dicen los autores acerca del contexto posmoderno es cargado de estos síntomas a las organizaciones, relativismo, un mundo en donde todo se vale.

El aparente, el rompimiento de las antiguas prácticas y formas de mirar la organizaciones han cambiado desde el modelo Taylorista de eficiencia económico-instrumentalista, que ha desplazado de sus objetivos y metas, el fomento de la moral y a los valores humanos.

Pueden ser siete los ítems de estudio para comprender las organizaciones visto desde la naturaleza de que una organización es:
1.      Estructura
2.      Entorno-medio ambiente, las relaciones humanas
3.      Procesos, operación y tecnología
4.      Incertidumbre
5.      Complejidad
6.      Cultura organizacional
7.      Estrategia

Sin embargo el estudio de los complejos sistemas socio-organizacionales demanda hoy en día un análisis crítico de las teorías existentes, desde los clásicos, neoclásicos, modernos y posmodernos.

Existen una inmensidad de teorías y posturas que pueden ayudar a la comprensión de un mundo tan complejo como lo son las organizaciones y todos sus macro y micro universos que convergen entre ellos. Cuando se hace una revisión de la literatura se puede apreciar un sin fin de apoyos para interpretar fenómenos organizacionales.

El tema que en lo particular me apasiona es el del comportamiento organizacional, en particular el tema de la cultura, ya que hoy en día el estudio de la cultura organizacional es un tema poco abordado en la disciplina de la administración, sin embargo su importancia en estos días es fundamental para el ejercicio diario de las organizaciones. El mundo interpretativo en las organizaciones es muy importante para entender los códigos de comunicación que las personas utilizan para expresarse en un “mundo” que los encierra en solo indicadores de producción. La cultura en las empresas son una serie de actividades y significados que las personas dan en el marco de la identidad.

miércoles, 5 de junio de 2013

Desde un enfoque Kanteano hacia la ética en los negocios y la responsabilidad social


Los gerentes en las organizaciones enfrentan problemas éticos en su vida profesional todos los días, rara vez tienen que tomar decisiones que no entrañen alguna dimensión o faceta ética. Además de los aspectos éticos que supone la tomad de decisiones, también enfrentan dile

mas éticos en el curso del desempeño de sus responsabilidades de liderazgo.  La ética en la administración ha llegado a ser una preocupación vital de las organizaciones y la sociedad en las últimas décadas.

 

 
La ética en los negocios, como en la mayor parte de las áreas de la ética, a menudo tiende a centrarse en los principios que fundamentan los actos, en los propios actos y en sus consecuencias. El contraste más común se platea en todos los textos, entre Kant y la deontología, por un lado, y Bentham, Mill y el utilitalismo, por el otro. El primero se centra fundamentalmente en los principios de los actos, en su universalidad y justificación, mientras que el segundo se centra en las consecuencias de los actos, en su naturaleza buena o mala ( en relación con los beneficios y daños); pero está discusión no solo se concentra en comprender estas dos posturas, en los últimos años se ha estudiado un tercer elemento en la discusión que es la ética de la virtud quien no se centra tanto en los principios o las consecuencias del acto, ni siquiera en el propio acto, como en el agente, la persona que realiza el acto a la luz de las circunstancias y de todos sus demás actos. En la ética de la virtud se estudia el carácter de la persona, es decir, sus virtudes.

 

Es de suma importancia resaltar que en la discusión de este tema se puede caer fácilmente al relativismo, en discutir si una virtud es “pasajera” o solo una “moda”, pero lo que es cierto es que en una sociedad de negocios, la honradez y la cooperación parecerían ser virtudes no relativas, es decir, esenciales en cualquier forma de sociedad de mercado, y esto sería así sin importar cuánto se destaquen las virtudes opuestas de astucia y competitividad. La esencia del enfoque de la virtud en la ética de los negocios es que tenemos que alejarnos de la mentalidad de sólo tomar en cuenta la rentabilidad y pensar en los negocios como parte fundamental de una sociedad en la que vivir bien en conjunto, convivir con los demás y tener un sentido de autorespeto son centrales e indispensables; obtener utilidades, eso es sólo un medio.